La Denominación de Origen de Ribera del Duero ha registrado en 2018 la segunda mayor cosecha de su historia tras cerrar la vendimia, que ha tenido lugar del 17 de septiembre hasta finales de octubre, con un total de 125 millones de kilos de uva recogidos de excelente estado y calidad.

En concreto, el presidente del consejo regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, Enrique Pascual, ha explicado que la vendimia de este año tan solo ha sido superada por los 133 millones de kilos que se recolectaron en 2016.

De esta forma, un total de 8.300 viticultores y 315 bodegas han participado en la cosecha de las 23.200 hectáreas inscritas en la DO, de las cuales el 80% se ha vendimiado a mano, en “busca de la calidad” de los vinos, según ha indicado el director general del consejo regulador, Miguel Sanz.

Esta vendimia de récord ha tenido lugar tras un 2017 de fuertes heladas que provocaron la peor sequía de la historia, cuando se produjo una pérdida de hasta el 60% de la cosecha y con tan solo 55 millones de kilos de uva recogidas.

El director técnico del consejo regulador, Agustín Alonso, ha explicado que tras ese 2017 marcado por la climatología y la sequía, el ciclo del viñedo en 2018 ha “resultado ser de una altísima producción, caracterizada por su excelente estado sanitario y óptima calidad”.

Apuesta por la internacionalización del vino

El consejo regulador de la DO Ribera del Duero apuesta por la calidad de sus vinos, que son “queridos y bien considerados en España” y que en un corto plazo de tiempo puedan estar presentes en todo el mundo.

Pascual cree que aún queda “mucho camino por recorrer” al hablar de exportación, ya que en la actualidad Ribera del Duero solo exporta el 23%. “El consejo pone medios para ayudar a las bodegas, pero ellas deben de poner de su parte porque sino lo que hace el consejo regulador no vale para nada y es trabajo perdido, ya que ejercemos de ariete y trabajamos para abrir caminos”, ha explicado.

El presidente del consejo regulador ha reconocido que apostar por la exportación “no es fácil”. “Ofrecemos un vino bueno, sino lo tendríamos más difícil, pero luchamos con el lastre del vino español fuera de España, donde nos hemos creado una mala imagen con el granel y lo estamos pagando”, ha señalado.

Por su parte, el director general del consejo regulador, Miguel Sanz, ha incidido en que se trabaja por promocionar el vino en siete mercados, que representan el 70% de la exportación. “En la DO hay más de 300 bodegas, pero que exporten de forma regular no son muchas”, ha lamentado.

“Reforzamos nuestra presencia donde tenemos una posición de prestigio muy fuerte como Suiza y México, y otros en los que se está creciendo como Estados Unidos y China, que es emergente y no sabemos qué recorrido va a tener. Además, contamos con mercados europeos consolidados, mientras que vamos poco a poco ganando cuota en países como Reino Unido, Alemania, Holanda y Dinamarca”, ha explicado a Europa Press.

Para impulsar esta apuesta por la internacionalización, además de alianzas y sinergias con la DO de Rueda, –“el que compra Ribera, compra también Rueda– Sanz apuesta por aliarse con la gastronomía.

“La gastronomía española tiene una imagen de prestigio que el vino español no tiene. Lo que tenemos que hacer es unir esos dos conceptos, que la gastronomía española es de calidad y los vinos que maridan con ella también”, ha incidido, recordando que “todos los estrellas Michelin españoles tienen una amplia carta de vinos de Ribera de Duero”.

Por su parte, Alonso ha señalado que cuando se sale a mercados exteriores la DO está presentando “un producto sólido, estable y de calidad”. “Se está poniendo ya la semilla en muchos mercados”, ha asegurado de cara a ampliar mercados en un futuro.

Fuente: https://www.eleconomista.es