Para muchos uno de los principales quebraderos de cabeza a la hora de organizar una cena pasa por decidir el tipo de vino que se va a servir en la mesa. Sin embargo, frecuentemente, hay un factor que pasa a un segundo plano sin darnos cuenta de la importancia que tiene: La temperatura del vino. Algo que puede hacer que el mejor reserva pase sin pena ni gloria.

Antes de servir en las copas de nuestros comensales es imprescindible que nos paremos a pensar si nuestro vino cuenta con la temperatura idónea. Aunque no lo parezca es algo esencial puesto que de ella depende que el vino mantenga sus matices y propiedades en perfecto estado. Los enólogos insisten en que igual de malo es que un vino esté caliente como que esté excesivamente frío. Todos deben estar a su perfecta temperatura.

En Disfrutaelvino.com queremos que lo tengas claro, y por ello hoy te recomendamos la temperatura adecuada a la que servir nuestros vinos:

La temperatura de los Blancos

En nuestra bodega encontrarás varios blancos Rueda, que han de servirse fríos, aunque esto no significa temperaturas extremadamente bajas. Un Verdejo de la D.O. Rueda como Circe (48€/6 botellas) es recomendable servirlo entre 7 y 10 grados para notar sus aromas de frutas exótica y flores blancas o sentir en boca sus notas frescas y golosas.

Lo mismo ocurre con el Montespina Sauvignon Blanc (28,50€/6 botellas), Doña Beatriz (27€/6 botellas) o Vega de Castilla (19,50€/6 botellas) que también han de servirse a una temperatura que no supere los 10 grados, pero que tampoco baje de 6 o 7.

A la hora de enfriar un vino blanco también conviene seguir una serie de consejos. No consiste en bajar la temperatura de una botella de formar abrupta, por ejemplo, usando el congelador. Un buen sumiller recomienda utilizar algo tan sencillo como una cubitera, agua y hielo. Y esperar unos minutos.

La temperatura de los Tintos

En el caso de los tintos, hay una vieja teoría que pasa por afirmar que han de tomarse a temperatura ambiente. Nada más lejos de la realidad. Este tipo de vinos han de servirse a una temperatura constante independientemente de si estamos en invierno o en verano, ya que los expertos aseguran que a menor temperatura se pierden los aromas y se reduce su sabor, y a mayor temperatura la volatilidad del alcohol impide apreciar el vino con plenitud.

Si en los blancos, recomendábamos temperaturas inferiores a los 10 grados, en el caso de los tintos, la cata debe hacerse a más de 15, aunque en función de su variedad también puede haber algún cambio.

Por ejemplo en nuestra bodega encontrarás tempranillos como el Condado Real (17,70€/6 botellas)con una temperatura de servicio de 16 grados o el Corona de Castilla Élite (99€/6 botellas) recomendado a 18. En el caso de los crianzas como el Arco Viejo (27€/6 botellas) o el Condado de la Vega (19,50€/6 botellas) las notas de cata sugieren servirlo a 17 grados. Otros, como el F de Fuentespina (37,50€/6 botellas) un Ribera del Duero único que encontrarás en nuestra web, conviene servirlo a una temperatura de 18 grados.

La temperatura de los Rosados

Quizá sean los rosados los que aconsejan servir más fríos, aunque poco difieren de los blancos. Se recomienda servirlos a una temperatura que oscile entre los 6 y los 9 grados. En nuestra selección desataca el Nicte Pétalos de Rosa (48€/6 botellas) un excepcional vino de la Tierra de Castilla y León con aromas golosos y color frambuesa cuya recomendación dice que debe ser catado a un mínimo de 7 grados. Los Zarzales, de la D.O Cigales(21€/6 botellas), será servido a 8 grados.