Mis lectores habituales saben que siempre me gusta adaptar los temas de los que escribo a lo que está ocurriendo en la bodega, en la viña, o en la actualidad del mundo del vino. Como os conté hace algunas semanas, la viña en esta época está “llorando”. Es muy probable que con estos fríos se haya rezagado un poquito, pero volverá a comenzar cuando suba un poco más la temperatura. Esto en realidad es bueno porque, cuanto más se retrase el desborre, (recordemos que es cuando las primeras hojas salen de las yemas), menos riesgo hay de que alguna helada arruine la cosecha.

Sabemos lo que ocurre en la viña, pero ¿qué está pasando en la bodega en estos momentos? En el caso de los blancos, generalmente estarán reposando sobre las lías o siendo preparados para embotellar, al igual que los rosados o los tintos jóvenes. Los tintos de crianza y algún que otro blanco duermen en las barricas, pero llegó marzo y para algunos ya es hora de despertar.

El enólogo decide en función del tipo de vino que quiera elaborar el tiempo de contacto con la madera, pero hay que saber que los tiempos de crianza están determinados por el reglamento de la Denominación de Origen (D.O.)  a la que pertenezca la bodega. En este caso la crianza no será solo el tiempo en barrica, sino todo el tiempo desde que se mete el vino en las barricas hasta su comercialización.

Si giramos la botella y nos fijamos en la contraetiqueta, podemos saber algo más de cómo está hecho el vino. Estas etiquetas son coloquialmente llamadas “tirillas” y son de colores diferentes dependiendo del tiempo de crianza. Tomando como ejemplo el caso de la D.O. Ribera del Duero, los vinos podrán utilizar las menciones tradicionales “Cosecha”, “Crianza”, “Reserva” y “Gran Reserva”. Cada tirilla tiene un número único que confirma que al vino contenido en esa botella se le han hecho todos los controles necesarios para tener el certificado de calidad de la denominación de origen.

En “La Ribera” llevan la mención Cosechaaquellos vinos que no tienen barrica o no han pasado suficiente tiempo en madera para ser considerados crianza, es decir, menos de un año. Los vinos pueden tener en su etiqueta de la bodega la mención “roble” o incluso mención explícita de los meses de envejecimiento.

Crianzasson aquellos vinos tintos que tienen un período mínimo de envejecimiento de veinticuatro meses. De los cuales, al menos doce, habrá permanecido en barricas de madera de roble. Para los Reserva, aumentamos más el tiempo de crianza: serán mínimo treinta y seis meses de los que, al menos doce, son de crianza en barricas y el resto en botella.

Los vinos más especiales son los que llevan la mención Gran Reserva. Estos vinos deberán tener un período mínimo de envejecimiento de sesenta meses de los que, al menos veinticuatro, son de barrica y el resto en botella.

Cada denominación de origen tiene contraetiquetas diferentes y los tiempos mínimos de crianza se adaptan al tipo de vinos que se hacen en cada región.  Si estáis interesados en alguna denominación en particular, el reglamento se encuentra fácilmente en las webs de los consejos reguladores de las denominaciones de origen.

Fuente: página web de la Denominación de Origen de la Ribera del Duero.

Por Cristina Vegas Gómez

Cristina Vegas es nieta del fundador de Avelino Vegas. Es licenciada en Biotecnología y cursó sus estudios de Enología en la universidad de Burdeos.

Artículo Original: https://www.vinetur.com